«Jesús le dijo al padre del ciego: «¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es posible para quien cree!». Al instante, gritó el padre del muchacho: «¡Creo, ayuda a mi poca fe!»»
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Las emociones fuertes no dominadas por el ser humano son aguas tormentosas, ruidosas, peligrosas, arrasan con todo…, pero Dios gobierna las aguas, las sobrevuela; el Señor es, según el salmista, “más potente que las aguas caudalosas y el oleaje del mar…”
Puedes repetir hoy con el salmista, este decreto: La voz de Dios es más potente que las aguas caudalosas.
Hasta mañana, bendiciones.
Salmo 92