Soñando con salvar el mundo, imagen de Esteban Verellén

Ayudar a una persona enferma (los ángeles hablan)

Tendría unos diez años. No creo que pasara de los doce. Era un día de verano. Paseaba por el campo de Casledo en mi tierra natal. Me imaginaba el salmo veintidós, verdes praderas, suave brisa, carballos (robles) centenarios, leve cantar del riachuelo y sus pajaritos bulliciosos… Estaba de vacaciones. Las jornadas eran largas y muy alejadas del timbre estridente que organizaba mi vida, casi hora por hora, en el Seminario.

Vi a un hombre trabajando en uno de los campos. Era un vecino del pueblo. Me acerqué y me asusté. Al poco tiempo de saludarlo me di cuenta de que sudaba profusamente. Estaba pálido, blanco. Seguía su trabajo mientras me hablaba. Se acercó a una fuente, que estaba a ras de suelo y de la que era muy difícil tomar agua.  Resultaba más complicado porque el chorro, – la fuente perdía su fuerza en el estío – era muy pequeño. A pesar de todo, casi como un perro sediento se arrodillaba y con la mano bebía todo lo que podía. Luego levantó la cabeza hacia mí.

Me dijo en gallego: –Neno, ¿podeslle decir a tua  avoa que me dé unha tónica (Niño le puedes decir a tu abuela que me envíe una agua tónica)

Apenas pudo seguir hablando porque empezó a vomitar. Luego alargó la mano y me dio algún dinero para pagar la bebida.

Me asusté mucho y salí corriendo. Llegué al negocio de mi abuela y le conté lo que me había pedido el buen hombre. Yo añadí: –Abuela ese hombre está muy enfermo. Vomitaba y bebía con ansiedad de la fuente, como si nunca hubiera visto el agua. Tenemos que llamar al médico, parece que está grave.

La abuela me preparó el agua tónica, como si no hubiera escuchado nada. 

Insistí: –Abuela, hay que llamar al médico, rápido.

Ella entregándome la bolsa con la botella de agua tónica me respondió: –Neno, no te preocupes, no le pasa nada. Tiene “resaca”.

–¿“Resaca”?, ¿qué es eso?  

–Ayer bebió demasiado alcohol se emborrachó y ahora se siente mal. Eso se llama “resaca”. No te preocupes en unas horas va a estar mejor. Tú llévale la tónica.

Y aquí es donde digo yo, “me habló el ángel”.

Con mi bolsita y la bebida dentro de ella iba pensando. Me decía a mi mismo. –“¡Qué cosa más rara! No puedo entenderlo. ¿Cómo es posible que lo pase tan mal? Si sería fácil no pasar por ese estado tan lamentable de…, cómo es que se llamaba, ah sí, “resaca”. Si sabe qué le va a llegar la resaca, por qué bebe. Ah, por cierto, y hay más borrachos, ¿a todos les pasará lo mismo? 

Y seguía caminando lento y pausado imaginando que cuando llegara estaría ya mucho mejor, recuperado y bien.

Seguía filosofando mi mente niña. “Pero entonces los que beben son tontos, ¿no? Saben que van a sufrir y, sin embargo, siguen bebiendo. ¿Por qué lo harán?” Más adelante conocí una palabra que se puede aplicar a esta situación. Masoquista. ¿Serán masoquistas los borrachos?

Al llegar le entregué la bolsa y ya le vi mucho mejor. Le pregunté: –¿Estás bien? 

El me respondió: –Sí mucho mejor. Me debió hacer daño la cena de ayer. Pero al echarla afuera me encuentro mucho mejor.

Moraleja: Es una vivencia de infancia que recuerdo con nitidez. ¿Cuál es la moraleja? Pues parece sencilla. ¿Por qué elegimos cosas que nos hacen daño? Si sabemos que a medio plazo o a un largo plazo las decisiones que tomamos nos van a hacer sufrir, ¿por qué lo hacemos?

Ahora que sigo siendo niño pero con muchos más años, porque tengo muchísima niñez acumulada, entiendo el porqué algunas personas beben. Por su angustia, por su tristeza, por su amargura, por lo vivido en su infancia etc.

Parece absurdo pero cuántas veces lo hacemos. Se puede resumir con el dicho popular «el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra«. Y dos y tres y cuatro y cinco ….

Ten en cuenta, a la hora de elegir, las consecuencias que traerá más tarde. Aprende de cada vivencia y, si puede ser, no repitas las que te hagan pasar por el amargo tamiz del sufrimiento.

En otras palabras: si alguna vez has vivido, o bebido algo, que luego derivó en una “resaca” no vuelvas a vivirlo,  no vuelvas a beberlo.

Los ángeles hablan.

Gumersindo Meiriño Fernández

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6 thoughts on “El niño que ayudó a un «enfermo» (los ángeles hablan)

  1. Gumer maravilloso !!!
    Sin muchos comentarios 🥰
    Los caminos que a veces tomamos para mitigar el dolor, si no son los correctos. solo causan un dolor aún mayor 🥺

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