se regalan semillas gumersindomeirino.comHace tiempo que leí un cuento sencillo, pero que enseña una verdad fundamental: las cosas importantes no se compran ya hechas, hay que construirlas. Para levantar cualquier cosa que merezca la pena hay que edificar sobre cimientos sólidos. Para la construcción de tu existencia te dan los materiales y las herramientas luego te toca a ti.
Un joven paseaba una vez por una ciudad desconocida, cuando, de pronto, se encontró con un comercio en el que se leía un anuncio sorprendente y llamativo: «La Felicidad».
Al entrar descubrió que, tras los mostradores, quienes despachaban eran ángeles. Y, en medio de una enorme curiosidad, se acercó a uno de ellos y le preguntó: «Por favor, ¿qué venden aquí ustedes?»
«¿Aquí? —respondió el ángel— Aquí vendemos absolutamente de todo».
«¡Ah! — dijo asombrado el joven—. Sírvanme entonces el fin de todas las guerras del mundo; muchas toneladas de amor entre los hombres; un gran bidón de comprensión entre las familias; más tiempo de los padres para jugar con sus hijos…»
Y así prosiguió hasta que el ángel, muy respetuoso, le cortó la palabra y le dijo: «Perdone usted, señor. Creo que no me he explicado bien. Aquí no vendemos frutos, sino semillas.».

Real como la vida misma. En el mundo del control remoto, del «botón» (suelo denominarlo así porque uno aplasta un botón y se soluciona miles de problemas: se enciende la tele, la computadora, la radio, el teléfono, el compact-disk). Nos “flipa” (encanta) que nos den todo hecho.
Sino fíjense en los padres modernos: quieren que sus hijos sean licenciados pero no quieren que se queden horas estudiando o trabajando. Queremos hacernos ricos pero si puede ser durmiendo la siesta todos los días hasta las ocho de la tarde. Luego salimos presurosos a los juegos de azar para invertir nuestro dinero para que en un golpe de suerte cambie nuestro destino.sojas-semillas-mano-cra
Hace tiempo que desconfío de la publicidad. Sobre todo de aquellos que se presentan como algo mágico, fantástico. Sería como conseguir el sueño de tu vida sin despeinarse. Son de este estilo: «Aprenda inglés en quince días y sin esfuerzo». La primera vez que escuché este anuncio me entró casi una especie de depresión. Mis compañeros han estado más de diez años estudiando inglés en el colegio y yo mismo, he estado doce años estudiando francés y todavía me cuesta y resulta que, en quince días… ¡Cuánto tiempo he perdido, Dios mío, en dos meses podría haber estudiado, eso sí, ¡sin esfuerzo!, cuatro idiomas!”
El otro día llegó a la oficina de una pequeña empresa el anuncio de que todo el que enviara sus datos le regalarían una computadora portátil. Con la anuencia del jefe de la empresa, el eficiente secretario reenvió un correo masivo a todos los empleados que facilitaran los datos personales para poder conseguir la añorada computadora gratis. Creo que todavía están esperando el regalo.
La paz, la alegría, el amor no se compran, no se consiguen aplastando el “botoncito”. No hay soluciones mágicas para tu vida. Dios nos regala la semilla, ésta sí, esta es gratis total. Pero nunca te venden ya fabricado; te ofrecen una semillita que debes plantar en tu corazón. Mira la naturaleza: siembras, riegas, abonas y cultivas con mimo. Luego esperas, la preservas de las heladas, la defiendes de los fríos, la riegas en los calores. Después de una espera, en la primavera, acabará floreciéndote e iluminándote el alma; dará su fruto.

Todavía quedan cosas, las más importantes,  que no se compran hechas. Sólo se regalan las semillas.

Tomado del libro de G. MEIRIÑO FERNÁNDEZ, Buenas Noticias del P. Gumer, De Oriente a Occidente, 2007, ISBN 978-987-23370-1-8; pp. 13 ss.

One thought on “Se regalan semillas

  1. Buenos días, la reflexión es muy bonita, y el mensaje es claro, soy bendecida porque conozco al autor, una persona de la cual admiro su trabajo y conocimiento. Paz y bien.

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