Oración al Espíritu Santo para comenzar el día, del libro Llamando a las puertas del Cielo. Libro de Oraciones. G. Meiriño Fernández, De Oriente a Occidente, 2014, 1ed., p.70.

«Puedes comenzar cada día o recomenzar cualquier nuevo proyecto pidiendo Luz al Espíritu Santo.

Es una oración que te sitúa ante lo nuevo de cada jornada, con ella descubrirás los nuevos horizontes que Dios y la Vida te preparan cada amanecer. Con ella las tinieblas de la oscuridad se disiparán ante la Luz del Espíritu Santo y amanecerá soleado, a nivel espiritual».

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO PARA RECOMENZAR

Espíritu de sabiduría, no permitas que me distraiga en los detalles insignificantes.
Dame la sensibilidad para lo esencial.
Líbrame de mis seguridades y comodidades.
Dame el valor para abrir el corazón  a lo desconocido, al misterio. 
Dame la fortaleza para caminar por los terrenos nuevos que Dios crea para mí, cada día, aunque no me sean familiares.
Penetra y transforma mis prejuicios, mis costumbres y esquemas anquilosados que me paralizan.
Ayúdame a crecer en apertura y libertad interior.
Abre mi corazón y mi mente para recibirte.
Abre mi corazón para acoger a los demás como hermanos, como un regalo.
Transfórmame en un ser de luz que vaya iluminando los distintos caminos del planeta tierra,
Que pueda romper las cadenas oscuras de la esclavitud que atan al ser humano a lo superfluo.
Ayúdame a distinguir la belleza, la bondad, la verdad en los detalles de cada día.
Que pueda descubrir tu presencia en la Naturaleza, en los demás, en los acontecimientos cotidianos. Amén.

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Esta oración es una súplica profunda y reflexiva, dirigida al Espíritu de Sabiduría, pidiendo guía para mantener el enfoque en lo esencial y evitar distracciones en lo superficial. Esta oración clama por sensibilidad, apertura al misterio y valentía para enfrentar lo desconocido.

También busca la transformación personal, la superación de prejuicios y costumbres arraigadas, y una apertura de corazón y mente hacia Dios, los demás y la belleza en la vida cotidiana. Aunque no es una oración litúrgica tradicional, su contenido refleja una espiritualidad profunda y un deseo de crecimiento interior y libertad.

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Algunos se la atribuyen a Monseñor Hélder Câmara, un obispo brasileño conocido por su defensa de los derechos humanos y su compromiso con los pobres. Fue una figura influyente en la Iglesia Católica durante el siglo XX, especialmente en América Latina, y es recordado por su trabajo en favor de la justicia social y la paz. Esta oración refleja su espiritualidad y su enfoque en la sencillez, la sabiduría y la apertura al amor divino y a los demás

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