Jardín Japonés en Buenos Aires Argentina, imagen de archivo deoao.org

¡Qué tal amigo. Qué tal amiga de la semilla de la semana!

Te invito a un lugar tranquilo, relajado. Aunque hay mucha gente pero es curioso, es como que la gente ha entrado y de repente se ha tranquilizado. se ha relajado, está disfrutando de las vistas en medio de un mundo, –en el barrio Belgrano se llama– que parece lleno de autos, con bastante ruido. Ahora mismo está pasando incluso algún avión, se puede oír el ruido de fondo. Se trata del Jardín Japonés en la capital de Argentina en Buenos Aires.

Disfruten de cosas sencillas de cosas limpias ,de cosas de la naturaleza, de cosas simples, de cosas maravillosas.

Buenos Aires en particular y toda Argentina tiene algo maravilloso. Es que ha sido un país acogedor, de culturas, de tradiciones, de países venidos de la guerra, venidos de situación de pobreza, venidos de la riqueza, venidos de la abundancia, no importaba, un país acogedor.

¡Qué pena cuando las fronteras, el ser de un país o de otro, nos divide, nos separa, nos hace ver a los demás –porque son de rasgos distintos o de lo que sea– como un muro de separación. El ser humano tiene que empezar a destruir los muros y empezar a construir puentes y en esto Argentina es un ejemplo.

En medio de un barrio populoso argentino, el Jardín Japonés , plantas típicas de Japón pero plantas típicas de Argentina, de la cultura Sudamericana, no importa. Lo que importa es la convivencia, lo que importa es el diálogo, lo que importa es saber que todos pertenecemos a ese género maravilloso: es la raza humana, los seres humanos. Y que el color de la piel, la forma de pensar, la forma de sentir,  la forma de vivir, no debe ser motivo de construir un muro.

Te invito durante estos siete días allí donde tengan un muro de convivencia con un familiar, con un amigo, con un vecino, con quien sea, destruyas ese muro y pruebes construir puentes.

Aquí han visto los puentes típicos de Japón, no importa el lugar de origen, no importa el idioma, el color de la piel, sobre todo, o importa tampoco la forma de pensar, la forma de decir, lo que sea, ¡construye puentes, destruye muros!

Paz y bien paz y alegría hasta dentro de siete días.

Gumersindo Meiriño Fernández

Aquí tienes el vídeo

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