
Jesús les replicó: «les dijo: «¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea.» Se lo trajeron y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?» Ellos le dijeron: «Del César.» Jesús les dijo: «Lo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a Dios.» Y se maravillaban de él.»
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Otro Canto de las Subidas lleno de calidez doméstica y bendición concreta.
La relación de la persona con su trabajo es realmente importante y, dadas las circunstancias del mundo actual, puede ser mal interpretada. Los que más se valoran son los más pagan. Pero en realidad el trabajo, que ha de dar el sustento necesario para una vida digna a la familia, es mucho más que eso, es la contribución del ser humano a una humanidad mejor, aún más, es la participación con Dios y con los demás seres humanos en un mundo humano, feliz, pleno…
El trabajo no es un peso ni un castigo ni una penalidad, es la labor de participar en la construcción del mundo más amable, por eso, es causa de alegría y plenitud. El trabajo sana y alegra el corazón humano.
La imagen de la vid y el olivo simbolizan prosperidad y abundancia permanente.
¡Bendición para el trabajo bien hecho, para quien Peregrina en Caminos adecuados!
Afirmación para hoy: Comerás del fruto de tu trabajo.
Bendiciones, hasta mañana.
Salmo 127
¡Dichoso el que teme al Señor-Adonai
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como una vid fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor-Adonai.
Que el Señor -Adonai te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
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