Mirando con perspectiva las cataratas de Iguazú, imagen de Beatriz Meiriño

Y Jesús les decía a los fariseos:
«El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado».
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Seguimos otros ocho versos más (7+1 haz clic aquí) .
Hay momentos en la vida en los que sentimos la necesidad de compartir nuestras andanzas, de contar nuestras luchas, aciertos y caídas. A veces encontramos a alguien que nos escucha, pero ¿qué tal si abrimos nuestro corazón directamente a Dios?
El salmista nos invita a hacerlo: “Te conté mis andanzas y me respondiste”. Es una hermosa certeza: Dios no solo escucha, sino que responde. No es indiferente a nuestras palabras ni a nuestro camino.
Si hoy sientes que estás «en el pozo», como dicen en Argentina, repite con fe: «Reanímame, sosténme con tu Palabra». En la voz del salmo encontramos un refugio, una guía y una fuente de esperanza.

Decreto para hoy:
Te conté mis andanzas y me respondiste.
Indícame el Camino.
Reanímame con tu Palabra.

Bendiciones. ¡Hasta mañana!

Salmo 118 (IV)

D «Dalet» (ד)
E
stoy abatido en el polvo:
reanímame según tu palabra.

Te conté mis andanzas y me respondiste:

Indícame el camino de tus decretos,
y meditaré tus maravillas.

Mi cuerpo se encorva por la tristeza,
sostenme con tu palabra.

Aléjame del camino de la mentira
y dame la gracia de tu voluntad.

He escogido el camino de la lealtad,
he elegido tus mandamientos.

Me adhiero a tus preceptos, Señor,
no me defraudes.

Por el camino de tus mandatos correré
cuando me ensanches el corazón.

***

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