Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?»
Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»
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Seguimos con el salmo de ayer en el que se resalta, una vez más, la fidelidad y bondad de Dios en sus acciones. El texto describe cómo el Señor cuida de todos los seres vivos, sustentándolos y respondiendo a quienes lo invocan con sinceridad. Alabando su justicia y cercanía, el salmista llama a todos a bendecir el nombre santo de Dios eternamente.

La experiencia del salmista en su trato con Dios es muy rica y profunda. La bondad de Dios de la que hablábamos ayer se manifiesta de múltiples formas: es fiel a su palabra, es bueno en todas sus acciones, endereza a los que se doblan…
Atiende a estas y otras cualidades de Dios que si el ser humano las practica se siente cerca de Dios y mucho más pleno y feliz.
Jaculatoria: El Señor-Adonai es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones.
O también: El Señor-Adonai sostiene a los que van a caer
Bendiciones, hasta mañana

Salmo 144 B

El Señor-Adonai es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor-Adonai sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.

Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano,
y sacias de favores a todo viviente.

El Señor-Adonai es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente.

Satisface los deseos de sus fieles,
escucha sus gritos, y los salva.
El Señor-Adonai guarda a los que lo aman,
pero destruye a los malvados.

Pronuncie mi boca la alabanza del Señor-Adonai,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás.