
Jesús replicó: «Si puedo? Todo es posible al que tiene fe». Entonces el padre del muchacho se puso a gritar: «Creo, pero ayuda mi falta de fe».
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«Este es el día que actuó el Señor» es uno de los cánticos más significativos para la Pascua (Pascua judía, haz clic aquí) y, posteriormente, para la Pascua Cristiana (haz clic aquí). En él celebramos la acción poderosa de Dios, que se manifiesta en la resurrección de Jesús de Nazaret, al devolverle la vida. Sin embargo, esta acción divina no se limita al pasado; Dios sigue actuando en tu vida hoy. Él no fuerza ni impone, sino que respeta tu libertad y espera que le abras las puertas del corazón. Permitir que Él actúe en ti significa dejar que su amor purifique y renueve tu existencia, iluminándola con el Fuego de su amor y el Agua del Espíritu Santo.
La resurrección de Cristo es un recordatorio poderoso: «Aleluya, Cristo ha resucitado. Aleluya». Este mensaje nos invita a no buscar a Cristo entre los muertos, en lo que ya no tiene vida, en el pasado o en aquello que nos ata. Por el contrario, debemos buscarlo en la Vida, en lo que nos renueva, en lo que nos llena de esperanza y en lo que nos conecta con su presencia viva y transformadora.
Que esta verdad nos inspire a vivir en gratitud, permitiendo que Dios actúe en nosotros y nos guíe hacia una vida plena y renovada.
Jaculatoria: «Dad gracias a Adonai, el Señor, porque es eterna su misericordia».
Paz y Alegría, hasta mañana.
Escúchalo:
Salmo 117 A
¡Aleluya!
Dad gracias al Señor-Adonai porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor- Adonai:
eterna es su misericordia.
En el peligro grité al Señor- Adonai,
y me escuchó poniéndome a salvo.
El Señor- Adonai está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme el hombre?
El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.
Mejor es refugiarse en el Señor-Adonai
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor- Adonai
que confiar en los magnates.
Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor-Adonai los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor-Adonai los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor-Adonai los rechacé.
Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación,
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
«La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.»
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor-Adonai,
pero no me entregó a la muerte.
¡Aleluya!
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La decisión del águila, ¿qué decisiones tomas tú? y el Miércoles de Ceniza que se celebra hoy,